La controversia que envuelve a la marca Tequila tres mujeres no es por la calidad de su producto, sino por la actitud clasista y ofensiva de uno de sus miembros, Pablo Partida, hijo del fundador Jesús Partida Meléndrez. 

Su explosiva publicación en redes sociales, en la que insultó a los agricultores que protestan por un precio justo de maíz  se convirtió en undaño reputacional instantáneo para la empresa familiar, forzando una inmediata y pública gestión de crisis.

Ataque en redes sociales del hijo del fundador de Tequila Tres Mujeres

Pablo Partida utilizó plataformas como X (antes Twitter) y TikTok para arremeter contra los productores agrícolas que bloquearon carreteras en Jalisco, Guanajuato y Michoacán como parte de su demanda por un precio de garantía de $7,200 pesos por tonelada de maíz.

 Calificó a los manifestantes como "pinches chairos" y "pobres mentales".  Y dejó también una declaración clasista: Su comentario más hiriente y que generó mayor indignación fue: "pobres nacieron y pobres morirán".

Estas palabras fueron interpretadas de inmediato como una burla y desprecio absoluto hacia el sector primario, el mismo que sustenta el negocio familiar del tequila. 

La reacción no se hizo esperar: colectivos como Agaveros Unidos condenaron el mensaje por ser clasista y exigieron una respuesta oficial de la marca.

Ante la magnitud del escándalo y el potencial riesgo de un boicot, la empresa Tequila Tres Mujeres se vio obligada a deslindarse públicamente de su heredero.

Reacción de Tequila Tres Mujeres tras comentarios hacia productores de maíz

La gestión de crisis culminó con la disculpa pública emitida por el fundador y propietario de la marca, Jesús Partida Meléndrez. En su mensaje, el empresario buscó desesperadamente contener el daño reputacional. Partida Meléndrez calificó las palabras de su hijo como resultado de la "inconsciencia y falta de empatía".

Enfatizó las profundas raíces de su familia en el campo y recordó que su negocio es producto directo del trabajo agrícola:

 "Toda mi vida he sido agavero. Conocemos y respetamos el esfuerzo de quienes cultivan la tierra”.

El episodio de Pablo Partida subraya la delgada línea entre la opinión personal y la imagen corporativa en la era de las redes sociales, demostrando cómo un solo video de un familiar puede amenazar la reputación de una marca con décadas de historia y un vínculo esencial con el sector campesino.

Y como acto final decidió borrar todas sus redes ante los comentarios de la gente en general, los agaveros y a la opinión publica.

Con información de Telediario