La politóloga y analista Denise Dresser cuestionó el llamado “Grito de Independencia” que organizó el empresario Ricardo Salinas Pliego, al considerarlo un acto de autopromoción con miras al escenario electoral de 2030.

Durante su participación en el noticiero de Carmen Aristegui, Dresser adelantó que sus críticas podrían detonar una ola de ataques personales y comentarios misóginos por parte del dueño de TV Azteca, práctica que —afirmó— ha repetido contra mujeres que lo cuestionan.

“Él niega que quiera ser candidato, pero cada gesto apunta en sentido contrario. Está construyendo una plataforma política basada en el descontento, en la polarización y en la idea de ser un outsider indignado. Todo lo que hace lo delata”, sostuvo.

Señalamientos contra el MAAC

La autora también puso en duda la credibilidad del Movimiento Anticrimen y Anticorrupción (MAAC) promovido por Salinas Pliego. Recordó episodios de su historial empresarial y mediático, entre ellos:

 • La adquisición de TV Azteca con un préstamo de Raúl Salinas de Gortari.

 • La violenta toma del Canal 40 en el sexenio de Vicente Fox.

 • El caso Unefón, investigado y sancionado en Estados Unidos.

 • Las presiones a legisladores para aprobar corresponsales bancarios en supermercados.

Además, mencionó el incumplimiento de normas sanitarias durante la pandemia, sus litigios fiscales con el SAT y el uso de la televisora para atacar periodistas o confrontar gobiernos.

“Salinas Pliego se presenta como víctima del Estado, pero ha mostrado un patrón de agresividad, misoginia y abuso de poder tanto en su vida empresarial como en redes sociales”, afirmó.

“Un Trump tropical”

Dresser comparó al empresario con líderes como Donald Trump y Jair Bolsonaro: “Es un millonario con cuentas pendientes, agresivo, polarizante y que ve la ley como un estorbo. México no necesita un Trump tropical ni un Bolsonaro con concesión televisiva”, advirtió.

Finalmente, subrayó que, en lugar de erigirse como “salvador” frente a la Cuarta Transformación, Salinas Pliego debería cumplir con la ley.

“No basta con gritar anticorrupción desde un balcón privado. Lo que le toca es pagar impuestos, transparentar sus negocios y acatar la legalidad”, concluyó.