La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, defendió la liberación de Israel Vallarta, quien pasó 20 años en prisión sin sentencia, asegurando que la decisión de su liberación fue tomada por una jueza con criterios jurídicos independientes y similares a los aplicados en el caso de Florence Cassez. La mandataria recalcó que esta es una muestra de la evolución del sistema judicial en el país, especialmente en contraste con las prácticas de justicia que prevalecieron durante el gobierno de Felipe Calderón.
Sheinbaum destacó que la detención de Vallarta fue un claro montaje televisivo, que fue reconocido por el propio periodista Carlos Loret de Mola y la televisora que transmitió el hecho. “No podemos olvidar que lo ocurrido en ese momento fue un montaje que tuvo como objetivo mostrar un combate al crimen, cuando en realidad se trataba de una manipulación mediática para generar impacto”, señaló la presidenta.
La liberación de Vallarta, quien fue detenido en 2005 bajo acusaciones de secuestro, se dio tras un largo proceso judicial en el que se cuestionó la validez de las pruebas en su contra y la legalidad de su detención. El caso cobró relevancia internacional cuando la justicia francesa, en el contexto del caso de Florence Cassez, cuestionó las prácticas utilizadas por las autoridades mexicanas en su detención y enjuiciamiento, lo que derivó en la revisión de los procedimientos en casos similares, incluido el de Vallarta.
El papel de los medios y la crítica a Calderón
Sheinbaum no dudó en criticar la actitud de los medios de comunicación durante el gobierno de Calderón, especialmente al referirse a la falta de denuncias ante la manipulación mediática en casos como el de Vallarta. En su intervención, afirmó que “ningún medio dijo nada entonces, algunos por temor, otros por desconocimiento”, refiriéndose a cómo la televisión nacional jugó un papel crucial en la construcción de una narrativa falsa sobre los supuestos logros en la lucha contra el crimen organizado.
Además, la mandataria no escatimó en señalar la responsabilidad del entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien hoy se encuentra en prisión en los Estados Unidos, enfrentando cargos por corrupción y vínculos con el narcotráfico. Sheinbaum afirmó que bajo el mando de García Luna se orquestaron varios de estos “montajes televisivos”, los cuales, según ella, no solo afectaron a los involucrados, sino que deterioraron la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de impartir justicia.
“Genaro García Luna tenía como objetivo mostrar que se estaba combatiendo el secuestro, pero en realidad se trataba de una gran manipulación, que hoy, con la detención de García Luna, sabemos que formó parte de una estructura de corrupción más profunda dentro del gobierno de Calderón”, declaró Sheinbaum.
La liberación de Vallarta ha reavivado el debate sobre los fallos judiciales durante los sexenios pasados y la relación entre justicia, política y medios de comunicación. Para muchos, este caso refleja las fallas estructurales del sistema de justicia penal, especialmente cuando se trataba de temas tan sensibles como los derechos humanos y la lucha contra el crimen organizado.
Por otro lado, la figura de Israel Vallarta se ha convertido en un símbolo de las injusticias que ocurren cuando el sistema judicial es manipulado para intereses políticos. Durante su tiempo en prisión, Vallarta fue acusado de secuestro sin contar con pruebas fehacientes, y su caso pasó a ser uno de los más emblemáticos en cuanto a la crítica a los métodos de la justicia mexicana.