La explicación científica es clara. Estas ardillas no están mutando ni se trata de un escenario de ciencia ficción: sufren fibromatosis, una enfermedad causada por el leporipoxvirus. Según el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de Maine, los análisis confirman que los síntomas corresponden a este virus, que provoca tumores cutáneos conocidos como fibromas

El contagio puede darse cuando las ardillas entran en contacto con aves portadoras del virus. Además, la propagación se acelera en áreas con alta densidad de población, donde el contacto entre individuos es constante.

Lo más importante: no representan un riesgo para las personas, aunque sí tienen un fuerte impacto en la vida de las ardillas afectadas.